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Perdón y oportunismo

Mi opinión es muy mía y la comparto porque me hace bien escribir, así que es una acción puramente egoísta. 
No escribo porque sea una conocedora de las leyes, tampoco de hechos históricos exactos, no soy abogada ni me dedico a la política. Tampoco estoy graduada en letras ni en psicología, o sea que en términos de jueces terrenales, no soy nadie.
Yo soy una simple ciudadana, común y corriente, que ha vivido como muchos de ustedes los estragos de la guerra provocada por los grupos insurgentes del M-19 (en su momento), las FARC, el ELN y EPL, desconozco si hay más. Más allá de sentir pavor de viajar por carretera en el tiempo de las pescas milagrosas, ninguno de mis familiares ha sido secuestrado, tampoco nos han extorsionado. No nos han matado a nadie ni han reclutado a ninguno de nuestros niños, a Dios gracias, pero nos pudo haber pasado o nos puede pasar si las cosas siguen como van.
Los problemas que he vivido se identifican con los de otros miles de colombianos, pobreza, corrupción, falta de oportunidades, inseguridad, en fin.

Quienes me conocen saben que soy una persona que ama la vida con todos sus matices y que trato siempre de ponerme en el lugar del otro, no porque sea una iluminada ni mucho menos, sino para tratar de entender todos los puntos de vista, y todo este tema de la paz de Colombia me tiene con la cabeza como un tambor pensando en lo raros, incoherentes y oportunistas que somos los seres humanos. 
Nuestros padres, abuelos, maestros, libros que leemos, campañas educativas, religiones y demás no se cansan de repetirnos lo malo que es robar, matar, mentir, agredir, entre muchas otras cosas. Nos hablan de ética y moral desde que tenemos uso de razón. Yo tengo un niño de 2 años y lo hago también, trato de que entienda desde ya que todo en la vida son decisiones, día a día, minuto a minuto, y de esas decisiones depende su futuro inmediato porque todo tiene consecuencias, buenas o malas, de acuerdo a lo que haya elegido. Punto. ¿No es tan complicado de entender o si?

¿Cuál es el lío con que los delincuentes de un grupo que ha sido calificado como uno de los más terroristas del mundo pague por sus atrocidades?… ¿Dónde queda todo lo que nos han enseñado de lo que es correcto y no?… ¿Qué tiene que ver el perdón con que ellos asuman (con los pantaloncitos bien puestos) las consecuencias de sus delitos?… ¿Por qué tenemos que tener consideraciones con ellos y no con los demás asesinos, violadores, secuestradores, ladrones, que han sido procesados? 
Veo que hablan y hablan de perdón, pero perdón no es evitar que paguen lo que deben en esta vida, tampoco premiarlos. No metan a Jesús y su enseñanza de poner la otra mejilla, tampoco a Ghandi, ni a la Madre Teresa, estamos hablando de asesinos que quieren poder, de esquizofrénicos que han robado, violado y obligado a niños de 8 años a empuñar un fusil y se los han arrancado a sus madres (después de haberla violado a ella también, por supuesto).  
Lo que me han enseñado indica que lo que esa gente tiene que hacer es entrar a una cárcel con una condena correspondiente a lo que hicieron, incluso de tres cadenas perpetuas si fuera lo justo. Ellos están cansados de pelear porque ya están viejos como para estar en el monte. Los niños y jóvenes que han reclutado también deben estar hasta la coronilla de la tal lucha que lo único que les ha traído es miseria, o sea que según eso somos nosotros los que tenemos el sartén por el mango. No están en posición de exigir nada. No se pide perdón “ofreciendo perdón” ni diciendo que se tiene la mejor voluntad exigiéndole al ofendido prebendas, no se puede perdonar a alguien que ni siquiera reconoce el grado de falta y encima de todo quiere que lo premien validándole su maldad y justificándola, deberíamos dejarles saber de todas las formas posibles que así no funcionamos como país y que no nos pueden seguir extorsionando de ninguna manera, ni siquiera sicológicamente. Ese sería el derecho de las cosas, que la unión del pueblo fuera para eso, para que les quede claro que estamos cansados de la guerra que ellos DECIDIERON pelear... ¿Utopía?... entonces qué nos han enseñado toda la vida, ¿mentiras? ¿somos un remedo de civilización? ¿para qué nos enseñan todo eso, para actuar como dementes?

Por estos días leo a tanta gente que quiero y que admiro porque sé que son personas buenas, con corazones grandes, con ganas totales de que llegue la paz, pero que yo creía que estaban en un proceso más avanzado de conciencia y me doy cuenta que no, que no han comprendido todavía que el perdón, el amor al prójimo, la compasión no tienen nada que ver con ahorrarle al otro su propio aprendizaje, el que haya escogido. Las consecuencias de esto son gravísimas y rebotan en toda la humanidad, cuando no dejamos que los demás vivan y asuman sus propias vidas estamos afectando el curso natural de las cosas.
Si “perdonamos” a las FARC (que solitos reúnen todos los delitos juntos: extorsión, asesinato, narcotráfico, terrorismo, etc.) y les concedemos todo lo que están exigiendo, vamos a tener que “perdonar” al ELN, a Garavito por los más de 200 niños asesinados, a Popeye (que ya cumplió su condena), a  Samper (que pasó en blanco), a Andrés Felipe Arias, a los Nule, a Samuel Moreno, a los paramilitares, a los Rodríguez Orejuela, en fin, a cualquiera, tendremos que meterlos en el mismo saco porque de todos y cada uno de los habitantes de un país depende la paz, y como todos merecemos una segunda oportunidad vamos a tener que concederles todo lo que pidan, incluso dejarlos ejercer el cargo que quieran, como quieran, donde quieran, Garavito puede ser director del Bienestar Familiar, por ejemplo. Los veo con unas ganas intensas de perdonar a uno de los grupos más sanguinarios de la historia y al mismo tiempo sembrando odio contra Uribe a diestra y siniestra y contra todos los que votamos NO. Nos han dicho de todo y nos han insultado de todas las maneras posibles, apabullándonos con un ego que no tiene nada que ver con un corazón en paz.
Todas las historias tienen un villano y ese es el que al final de la historia paga por todo el daño que hizo, menos aquí. Repito, no les parece que los seres humanos somos muy raros, incoherentes y oportunistas?

En fin, amanecerá y veremos.

Comentarios

  1. En un mundo ideal, los colombianos estarían clamando al unísono que las FARC fueran destruidas, aniquiladas militarmente. Y sus cabecillas condenados a muerte. Pero eso requiere de esa sociedad ideal donde el miedo no paraliza a las multitudes, donde todos saben que las acciones deben tener consecuencias y los crímenes tienen que ser castigados.

    Hemos visto a un gran porcentaje de colombianos enérgicamente empujando, apoyando la aprobación del plebiscito y alegremente dispuestos a convivir con esos asesinos terroristas, brindarles completa impunidad, puestos en el congreso sin ser electos, sueldos y otros premios. Y no porque crean que son buenas personas, no. Es porque, ya sabemos, son malos y pueden hacer muchos daño. Dan miedo. Es mejor darles todo lo que piden.

    Las FARC no se van a conformar con migajas. Tienen planes mucho más ambiciosos y el miedo de algunos colombianos está a su favor.

    Larga vida a Alvaro Uribe y a los que se la juegan en Colombia por hacer las cosas bien.

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