Soledad vivía en un reino interno donde los días y las noches tenían tantos matices como el azul del cielo. En su mundo interior no había cabida para nadie distinto a ella, y a pesar de crecer rodeada de gente como los demás, siempre se sintió así. Pasaba largas y eternas horas sola sentada imaginando cómo sería el mundo allá afuera donde todos fingían sentirse acompañados, donde se saludaban cordialmente y jugaban a ser amigos, pero ella sabía que más de uno se sentía igual a ella, o a lo mejor, le gustaba pensarlo así para no sentirse tan extraña y diferente a los habitantes de ese reino donde había nacido por azares del destino. Tenía una amiga con la que compartía todos sus pensamientos: María Conciencia la vio nacer, crecer y volverse la princesa Soledad más sola de todos los tiempos, y se lo reclamaba cuestionándola por el mundo con el que tenía poco contacto y que apenas lo rozaba con su voz o con sus movimientos suaves y cadenciosos, que a veces eran incluso, imperceptibles. ...
Soy una mamá que también ha sido actriz, cantante, productora, compositora, esposa y sigo aprendiendo. Escribo porque siento que lo necesito. Espero que lo disfruten tanto como yo.