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Las mamás estamos mandadas a recoger

 Ayer escuché una entrevista que le hicieron a una influencerfeminista sobre su vida, y habló de manera contundente, sabionda y casi autoritaria sobre el deber que tienen las mujeres de aprovechar en la actualidad la oportunidad de “ser alguien" y lo mal que estaban antes las mujeres que se quedaban en casa, mantenidas, sin hacer nada distinto a criar los hijos, y lo sorprendente fue que al mismo tiempo hablaba de lo afortunada que ha sido de contar con un hombre al que ha podido cederle la crianza de su hijo de 5 años, la cocinada de los alimentos, la lavada de la ropa, la rutina de las mañanas para el kinder, etc., para ella poder viajar a otra ciudad a hacer su doctorado. Habló de cómo él, en su infinita generosidad, había renunciado en su totalidad a sus títulos universitarios y a producir económicamente para darle la posibilidad a ella de realizarse profesionalmente… pues, prácticamente habló como si el hombre se mereciera una estatua.

Y yo, que no soy ni influencer ni feminista, que soy una simple mortal que cree en el complemento de los seres humanos, que he hecho lo mismo que ese gran hombre maravilloso, me pregunto si ella, toda una feminista a capa y espada, se da cuenta de que está yendo directamente contra las mujeres con sus comentarios. 
Quizás esta es la parte que más detesto de las posturas radicales actuales, que son inconsecuentes. No son sostenibles, son a conveniencia.


Ser mamá era un sueño que Dios en su infinito amor me regaló, y bueno, Pedro, mi esposo, también.
Mi hijo cumplió 10 años. Una década es un número importante, y haciendo memoria consciente de todo lo que ha pasado, el hecho principal es que  he sido mamá 24/7 (literal) en estos últimos 10 años de mi vida.

Muchas veces me han preguntado cosas como “¿en qué estás trabajando?”, “¿qué estás haciendo?”. Para ser sincera, cuando eso ha pasado, siempre he sentido un ¿es en serio? ¿que en qué estoy trabajando?. Hay una sensación, puntualmente en mi estómago como de… absurdo mezclado con revoltura, pero no quiero decir con esto que la gente está mal, no. Entiendo que dos generaciones atrás de mí las mujeres solamente se dedicaban a los hijos, y para la generación siguiente, cuando vino la liberación femenina, las mujeres fueron programadas para hacer las dos cosas, la maternidad compartida (obviamente delegada en un tercero: guardería, nana, abuela, etc.) y ser proveedoras económicamente para demostrar de qué éramos capaces y asegurarnos de que sí somos lo máximo. Y actualmente, bueno, ya lo vemos. No quieren tener hijos y/o si los tienen, le dan mucho más peso a todo lo demás y delegan la crianza en su totalidad a otro. 

Laboralmente hablando, yo hice lo mismo que este hombre extraordinario. Decidí hacer una pausa absoluta en mi trabajo como actriz de televisión y como cantante profesional. Quienes trabajamos ahí sabemos que los horarios son impredecibles, cosa que no es compatible con un niño. Por años vi a otras artistas con las que trabajaba, llorar porque sus hijos pequeños no les decían mamá a ellas si no a sus cuidadoras, porque en el poco tiempo que pasaban con ellos había sido imposible  construir algo fuerte… me parece muy duro eso. 
Permanecer en un estudio de televisión, de lunes a sábado, de 7:00am hasta quién sabe qué horas o trabajar los fines de semana cantando hasta la madrugada o viajando como corista, me hubiera costado que Samuel creciera sin mamá. Seguramente lo hubiéramos solucionado con los cuidados de una abuela amorosa, una tía alcahueta y/o una niñera, pero la realidad es que hubiera crecido sin mí, porque no puedes estar en dos lugares al mismo tiempo, y este era un precio que yo no estaba dispuesta a pagar.
Yo decidí ser mamá para criar a mi hijo en su totalidad. Entiendo que si estuviera sola (sin un esposo), seguramente la historia sería diferente, pero como mi realidad es esta, pues actué consecuentemente con ella. 
Y por supuesto que renuncié a mi economía individual, lo cual implica muchas menos comidas en la calle, no se pueden vacaciones todos los años, menos zapatos, ropa, carteras, sushi (¡qué amo!), tiempo para mí, pintarme el pelo en la peluquería (lo hago yo misma), manicure cada que se puede, menos cremas de marca para la cara y obviamente los costos de vida en general. Eso en cuanto a lo económico. En cuanto a lo laboral, las renuncias son a nivel de logros,  premios, elogios por el trabajo realizado, vida social y principalmente el placer de hacer algo que sé hacer y que amo… en fin. 
A los que les encanta juzgar, como ven es mucho más profundo y complejo que un simple “usted lo hizo porque puede”. Hay una cosa que se llama prioridades y los trabajos que he hecho a la par de maternar han sido 100% compatibles con el tiempo y el espacio de mi niño. 
En esto de criar 24/7  no hay un salario, por lo tanto no se puede medir con una cifra para darle un valor. No hay premios, no hay bonificaciones ni aumentos de sueldo, no hay ascensos, tampoco ceremonias de premiación con diplomas o medallitas.

Ahora resulta, según el juicio de personas como esta persona que se hace llamar orgullosamente feminista, que en la escala de valores actuales de productividad lo que hacemos las mujeres que nos quedamos en casa criando seres humanos para el futuro, que es igual a una carga mental incomprensible para muchos, es ser mantenidas y nos toca aguantarnos que nos victimicen con  cara de “pobrecitas” y frases como “tuviste tu hijo y como que te diluiste”, me lo dijo alguna vez una “amiga”, que claramente no era amiga. 

Y así vamos, las mamás estaremos cada vez más mandadas a recoger y estas bellezas influenciadoras ayudando con sus fuertes voces a que el tal patriarcado que tanto odian, siga cogiendo fuerza con sus tentáculos ocultos. Como diría Berna de "Conoce mi Mundo": parece un monstruo que le cortas un tentáculo y le salen tres.
Por años se llevaron los elogios laborales, ahora se llevarán los elogios de la crianza, de la casa y en un futuro no muy lejano, hasta de dar a luz.  

¡Bravo! Gracias, amigas, amigos y por supuesto, amigues… ah, y una cosa más, ¡vayan a freír espárragos!


                                                            

Comentarios

  1. Como siempre, me encanta leerte Clau!!! Excelente 👏🏻🫠. Yo tambien amo ser mamá!

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  2. Me encanta!!! Identificada al 100%.

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  3. En algún momento alguien decidió que ganar mucho dinero es mejor que ser madre; que ser independiente o tener mucho poder tambien; que las guerras, la política, la ingeniería o la oficina te convierten en “alguien”… y que la maternidad no es profesional ni suficiente para que una mujer pueda sentirse realizada.
    Bicho raro el humano.
    Muy bueno tu post, Claudia. Mejor porque no es tu teoría, es tu experiencia. Gracias!

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