La manera más inmediata de cuestionarnos la vida, es la muerte.
Últimamente la muerte ha estado rondando la vida de gente que hace parte de mi corazón, desafortunadamente ha sido una seguida de otra pero, sin duda, la que más me tocó fue la de alguien que quiero mucho, y digo quiero (en presente) porque aunque la presencia física se vaya el amor permanece; era un viejo hermoso que me enseñó a reírme todo el tiempo de todo, incluso de las mismas cosas repetidamente hasta que se me salieran las lágrimas de la risa, me enseñó que los años no pelean con las ganas, que el arte y el talento tienen muchas formas y también me mostró que el amor y la ternura pueden estar siempre impregnadas en la mirada de un alma buena como la de él, pero de todo lo que le aprendí, lo más impactante, fue que no existe ese "tiempo" que siempre juró que tenía para hacer todo lo que soñaba.
Estamos tan acostumbrados a sentir la plena seguridad del tiempo que "tenemos" que no nos damos cuenta de que solamente hace parte de un truco de nuestra imaginación, talvez como un mecanismo de defensa, como una manera de ayudarnos a cargar con la idea de que algún día no estaremos más y que estamos aquí por un tiempo limitado que a la larga nadie sabe cuánto va a ser pero que nos encanta creer que será mucho, que será todo el que necesitamos para hacer las cosas que queremos y entonces con una confianza desfachatada nos damos el lujo de aplazar la felicidad, la búsqueda de los sueños, decir te quiero, aprender un idioma, llamar a un amigo con el que no hablamos hace mucho, perdonar, abrazar a las personas que tenemos y que queremos, sentir el aire entrando a los pulmones, o sea, respirar conscientemente y no por inercia.
Nos llenamos la boca diciendo que hay que ir despacio, que hay que sentir despacio, que hay que querer despacio, que hay que darle "tiempo al tiempo" como si realmente tuviéramos la certeza de que tenemos garantizado un tiempo eterno en esta vida para cuando decidamos vivirla como se merece, con todas sus contradicciones, con toda la inmediatez, con el mar de posibilidades que nos ofrece constantemente en toda su dimensión.
Árbol de Secuoya |
No al miedo a vivir, no al miedo a sentir, no al miedo de ser auténtico y espontáneo, no a la confianza desbordada por un mañana: HOY, hoy es lo que debería arraigarse en nuestro cerebro como un árbol de Secuoya que una vez plantado puede alcanzar un diámetro de 11 metros, es decir, no hay quién lo mueva de donde se plantó.
Si lográramos eso no habría tantos arrepentimientos cuando alguien se nos va, porque viviríamos todos con la tranquilidad de haber aprovechado el día a día sin complejos y sin remordimientos.
Mi invitación de hoy es a vivir, vivir hoy, así de redundante como suena, si tiene unos ojos para mirar, mírelos hoy; si tiene un abrazo que dar, entréguelo hoy; si tiene unos padres para consentir, consiéntalos hoy; si tiene un hijo para jugar, hágalo hoy; si tiene una sonrisa para brindar, ríase hoy; si tiene un chocolate que le alegre el día, cómaselo hoy; si tiene una rabia por explotar, suéltela hoy; si tiene algo que decirle a alguien, bueno, malo, difícil, lánzese hoy; si tiene una lágrima por caer, suéltela hoy; después de todo la única garantía que existe es que no sabemos si mañana su corazón decida no latir más y se acabó.
La Panchita (su casa en Matanzas, Cuba), inspiración para su vida |
En memoria de Pedro Alfonso padre.
Te quiero siempre.
Te quiero siempre.
Impactante tu invitación, Claudia. Conmovedora esta entrada, tu imagen de Pedro.
ResponderEliminarY esperanzador que cosas hondamente tristes produzcan reflexiones tan alentadoras.
Justo hoy, ahora quería decírtelo.
Mucho cariño,
Rubén.
Mi adorada princesa Claudia hizo hoy un pase mágico con su varita (en realidad, una de sus varitas) y nos regaló este testimonio. Lo guardaremos por siempre como el tesoro que es, y en el mismo lugar donde ella, con su bondad, virtud y amor, se colocó dentro de nuestra familia. Gracias, Princesa.
ResponderEliminarNo conoci mucho a Pedro Alfonso papa, pero conozco a sus hijos que eran su orgullo y satisfaccion. La alegria y el amor al arte que yo aprendo, y disfruto! con ellos es reflejo de lo que aprendieron de su padre.
ResponderEliminarClaudita, aprovecho tu reflexion para decirles que GRACIAS! por la amistad que nos dan y por los momentos tan magicos con su arte.
LOS QUIERO MUCHO!
Gigi
Clau, un abrazo y con el me Acurruco en tus sentimientos, el sentimiento de perdida q experimentamos es profundo y sin consuelo inmediato, solo el tiempo nos obligara ' a aceptarlo, hermosas tus palabras hacen una descripción perfecta de este gran señor, a todos nos dejo' una enseñansa de Vida , tal y Como lo describes asi lo conservo en mi memoria y asi es esta pequeñisima function de la Vida , es la unica obra q no nos permite ensayos, vivira en Nuestros corazones siempre y aunque hoy es inevitable q se nos estruje el corazon y en nuestras miradas Salgan a bailar las lagrimas, por siempre pensandolo a cada Quien nos dibujara' una gran sonrisa!,
ResponderEliminarHermosas y sabias palabras, querida Claudia. Siempre se agradece una reflexión que nos conecte con lo mejor de nosotros, con lo realmente esencial.
ResponderEliminarSumo mi voz para acompañar a la familia de Pedro. Sumo mi voluntad de vivir cada día como si fuera el mejor, como que es el mejor, porque es posible encontrar la felicidad en esta vida sin pensar que ya viene, que está a la vuelta de la esquina, sino que ya está aquí. Solo hay que abrir los ojos y verla.
Todo mi cariño,
Alberto
En acontecimientos tan impactantes como este nos damos cuenta de lo importante q es vivir el día a día y sobretodo permitir q nuestro corazón lata sin ningún miedo, orgullo o arrepentimiento... Vivir hoy, amar tranquilo caminar feliz y luego pensar en mañana pero solo en mañana no mas, no ir muy lejos por q a el pensar en un tiempo muy lejano aveces nos hace temer a lo q viene y... quien sabe lo q viene??? Tu no, yo tampoco pero si se q quiero vivir con el corazón libre y amando a mis seres queridos, a mi amor (R) a mis amigos ahora antes de q mi corazón deje de latir. Te quiero Clau, te quiero Pedro y te recordare siempre Pedro el grande, Pedro el Papa q en cada uno de nosotros dejo lindas lecciones!
ResponderEliminarQué clara reflexión.Verdad es que debiera anidarse en nuestros pensamientos y que nuestra vida pasara día a día sin asignaturas pendientes. Y muy emocionante. Te queremos.
ResponderEliminarClau. Bella y real tu reflexión.
ResponderEliminarQuedé emocionado muy profundamente
Un abrazo grande desde el norte. Te extrañamos mucho.
Me emociona saber que una reflexión de vida nos sintonice de esa manera.
ResponderEliminarYo los quiero a todos y cada uno de ustedes, están grabados en mi corazón, independientemente de la distancia tengo el placer de poder llevarlos conmigo siempre.
Claudita linda como siempre tus palabras sabias y llenas de amor nos emocionan y hacen sentir muy orgullosos de tenerte como amiga.
ResponderEliminarLes entregamos nuestro apoyo desde el fondo de nuestro corazon a Pedro y a ti.
Mi adorada sobrina. Cada día de la vida siento que vale la pena vivir al encontrar personas tan maravillosas como tu mi adorada. Aunque no tuve la gran fortuna de conocer a Don Pedro, he llorado por él como si hubiese sido mi amigo. Que Dios lo tenga en su gloria,he orado por él y las lágrimas sinceras que he derramado por su partida, dan fe que no es necesario hablar, sonreír, conocer a alguien para sentir que es un ser bueno y que paso por esta vida y dejó un mensaje de amor y una sonrisa de felicidad, como la que tu me cuentas que siempre te brindó. adiós don pedro y que Dios cuide tu alma..
ResponderEliminarQue bueno haberlo conocido, aunque sea por referencias..
Diana Luz