Ir al contenido principal

GABRIELA, la mariposa, la transformación (boceto)

Que difícil es ver la vida desde la perspectiva de la oruga antes de ser mariposa. Cuánta ansiedad y frustración siente la oruga mientras cambia.
Si supiéramos la alegría y el frenesí que nos esperan una vez superada la transformación, el renacer, como una especie de flor que revive después de haber estado marchita; la tranquilidad del vuelo reflejándose en el arroyo, viéndose las alas extendidas, preciosas, llenas de colores, cautivadoras, talvez no sufriríamos tanto.
Porque somos seres capaces de transformar nuestras vidas, siempre será mejor ver las cosas desde la perspectiva de la mariposa, que de la oruga.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las mamás estamos mandadas a recoger

Ayer escuché una entrevista que le hicieron a una influencerfeminista sobre su vida y habló de manera contundente, sabionda y casi autoritaria, sobre el deber que tienen las mujeres de aprovechar en la actualidad la oportunidad de “ser alguien" y lo mal que estaban antes las mujeres que se quedaban en casa, mantenidas, sin hacer nada distinto a criar los hijos, y lo sorprendente fue que al mismo tiempo hablaba de lo afortunada que ha sido de contar con un hombre al que ha podido cederle la crianza de su hijo de 5 años, la cocinada de los alimentos, la lavada de la ropa, la rutina de las mañanas para el kinder, etc., para ella poder viajar a otra ciudad a hacer  su doctorado . Habló de cómo él, en su infinita generosidad, había renunciado en su totalidad a sus títulos universitarios y a producir económicamente para darle la posibilidad a ella de realizarse profesionalmente… pues, prácticamente habló como si el hombre se mereciera una estatua. Y yo, que no soy ni influencer ni femin...

Enchumben a sus hijos de amor

¿Saben cuál es el significado de enchumbar? Según la Real Academia de La Lengua Española, enchumbar es empapar algo en exceso. Algo parecido a impregnar, repletar, saturar, rebosar, saciar, abarrotar. El tiempo pasa volando. Hoy abrimos los ojos y nuestros niños apenas han aprendido a caminar, al siguiente parpadeo están entrando al colegio y en uno más, ya se han ido de casa a hacer sus vidas. Parece una exageración, pero no lo es. El mundo no es el mismo del siglo pasado, tampoco lo será en cien años, porque en la naturaleza de la vida lo único seguro es el cambio. Nadie que haya tenido hijos en los últimos quince años puede negar que nos  tocó un momento difícil para criar por muchas razones, entre ellas, un cambio profundo de valores, de modelos a seguir, de causas ideológicas, de una tecnología que nos arrastra y nos conecta con el mundo, pero al mismo tiempo nos desconecta de los nuestros, especialmente de los hijos que están sumergidos en ese universo paralelo como...

Un momento a la vez

El primer post que puse en mi Instagram empezando el año fue esta frase: “un día a la vez”, repetida varias veces, con la idea de  tener un recordatorio diario, y lo hice totalmente convencida de que así debe ser la vida. Lo hice desde la alegría que siente un aprendiz cuando ha encontrado “la" respuesta. Lo hice con la certeza absoluta de quien ya ¡por fin ha entendido todo!, como si hubiera encontrado el camino de regreso desde El País de las Maravillas de Alicia, el de ida hacia la Ciudad Esmeralda del Mago de Oz o el mismísimo Santo Grial, pero la cosa no era tan sencilla, y entonces la gracia divina me mandó una revelación más contundente.  Resulta que la cosa ni siquiera es “un día a la vez”, sino “un momento a la vez”. Una caída muy tonta hizo que mi tobillo derecho se torciera provocándome un esguince. Mucho dolor, hinchazón, de ahí a consulta urgente y salí con un yeso temporal y muletas. Nada grave, nada tan difícil ni tan traumático, pero sí maravillosamente re...