Ir al contenido principal

LA PRINCESA SOLEDAD

Soledad vivía en un reino interno donde los días y las noches tenían tantos matices como el azul del cielo.
En su mundo interior no había cabida para nadie distinto a ella, y a pesar de crecer rodeada de gente como los demás, siempre se sintió así. Pasaba largas y eternas horas sola sentada imaginando cómo sería el mundo allá afuera donde todos fingían sentirse acompañados, donde se saludaban cordialmente y jugaban a ser amigos, pero ella sabía que más de uno se sentía igual a ella, o a lo mejor, le gustaba pensarlo así para no sentirse tan extraña y diferente a los habitantes de ese reino donde había nacido por azares del destino.
Tenía una amiga con la que compartía todos sus pensamientos: María Conciencia la vio nacer, crecer y volverse la princesa Soledad más sola de todos los tiempos, y se lo reclamaba cuestionándola por el mundo con el que tenía poco contacto y que apenas lo rozaba con su voz o con sus movimientos suaves y cadenciosos, que a veces eran incluso, imperceptibles. María Conciencia era su polo a tierra, era quien la mantenía al tanto de lo que pasaba en los reinos vecinos, y quien la incitaba a llevar una vida más mundana.
La princesa Soledad tenía un par de amigas más: Melancolía Lía y Rosa Generosa. Las tres eran las únicas a quien ella consideraba que la conocían realmente y por lo tanto, a ellas les abría su corazón completamente para poder sobrevivir en medio de la contradicción.
Melancolía Lía siempre estaba presente trayendo momentos reales o imaginarios, que hacían que la princesa sintiera un mar de lágrimas dispuesto a desbordarse en cualquier momento por sus ojos profundos y sinceros, no importaba mucho el motivo, si era de tristeza o alegría, era simplemente el modo de sentirse viva ante el ruido estridente de las cosas que pasaban a su alrededor y que eran tan difícil para ella de entender y de vivir. Por otro lado, Rosa Generosa la ayudaba a romper un poco las cintas de colores que se había impuesto al nacer, y la incitaba a regalar sonrisas por doquier, abrazos cada vez que lo sintiera, a disponer sus oídos para las princesas de los otros reinos que la buscaban para desahogar sus propios mares, y sobretodo, la empujaba a abrir su corazón cuando el amor llegaba tocando la puerta para contagiarla con su magia, y hacerle la vida más llevadera.
Y la princesa Soledad, se dejaba influenciar por sus tres amigas, pero siempre sabiendo que nunca nadie entendería lo que se siente nacer en un reino como el de ella, donde los ríos son más profundos, los sabores más intensos, los colores más vivos, las alergias pican más, los miedos son diferentes, el frío se cuela en los huesos, el calor no deja respirar, el amor embriaga de alegría y cuando duele, mata; el día es para dormir, la noche para vivir, el chocolate es magia pura, la intensidad es más que intensa, es fuerza; la lluvia arrulla, el llanto inunda y el mundo que no para de girar, se convierte en un sitio ausente.
Así pues, la princesa Soledad, María Conciencia, Melancolía Lía y Rosa Generosa, aprendieron a disfrutar de su reino y a sentirse afortunadas, después de todo, quién no quiere escaparse a un lugar así de vez en cuando?
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las mamás estamos mandadas a recoger

  Ayer escuché una entrevista que le hicieron a una influencerfeminista sobre su vida, y habló de manera contundente, sabionda y casi autoritaria sobre el deber que tienen las mujeres de aprovechar en la actualidad la oportunidad de “ser alguien" y lo mal que estaban antes las mujeres que se quedaban en casa, mantenidas, sin hacer nada distinto a criar los hijos, y lo sorprendente fue que al mismo tiempo hablaba de lo afortunada que ha sido de contar con un hombre al que ha podido cederle la crianza de su hijo de 5 años, la cocinada de los alimentos, la lavada de la ropa, la rutina de las mañanas para el kinder, etc., para ella poder viajar a otra ciudad a hacer  su doctorado . Habló de cómo él, en su infinita generosidad, había renunciado en su totalidad a sus títulos universitarios y a producir económicamente para darle la posibilidad a ella de realizarse profesionalmente… pues, prácticamente habló como si el hombre se mereciera una estatua. Y yo, que no soy ni influencer ni fem

Momento de sentimientos encontrados

Son las 10:30 de la noche, te sientas sola en la primera silla que encuentras para por fin descansar un poco, y ves este panorama (ver foto)... Yo le llamo “el momento de los sentimientos encontrados”. Ese momento que parece sencillo, normal, cero drama, en realidad te da ganas de llorar, gritar o salir corriendo. Estás cansada. Muy cansada. Se te acelera el pulso, te inunda la frustración, sientes que no das más, y mientras ves qué hacer con todo eso que sientes, vas siguiendo con los ojos la torre de chucherías, el palo del parque pegado con cinta en el piso del que sale un hilo de los que le regaló la abuela mientras cosía, sosteniendo el King Kong que con su hacha parece romper el cartoncito donde viene envuelto el papel higiénico, quien a su vez está cubierto por una ensaladera de plástico de la cocina, y de pronto, como por arte de magia, empiezas a sonreír. Sigues el recorrido de los carritos puestos en orden de tamaño y color, hasta que llegas a lo que para ti es, literalmente,

Sé el mejor lugar para tus niños

Sé ese lugar donde tus niños siempre quieran estar. Sé esa mamá/papá que cuida, que ama, que enseña, pero que entiende que el tiempo se pasa volando y que la infancia dura un suspiro. Mañana tu niño ya no será niño, será rápidamente un adolescente, y en menos de nada, un adulto. Ya no lo podrás “malcriar”, no lo podrás cargar ni aprovechar el calorcito de su cuerpo mientras duerme, tampoco se reirá a carcajadas contigo en un ataque de cosquillas o en una guerra de almohadas. Sé ese papá/mamá con la habilidad de repartir tu tiempo consecuentemente con esta realidad y aprovecha cada que puedas para jugar, para correr, para abrazar, para arruncharte con tu cachorro, porque en un abrir y cerrar de ojos ya no tendrá el mismo entusiasmo para pasar tiempo contigo. ¡Relájate y disfrútalo! No temas derretirte con él, no tienes que demostrarle nada a nadie, porque cuando veas que tu niño respeta su turno en la fila, que no agrede a los demás, que sigue las instrucciones de su maes